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martes, 25 de noviembre de 2014

sábado, 22 de noviembre de 2014

Y un día ella se fijó en ese chico 
considerado “raro”, 
ella vio en él lo que no vio en los demás; 
Él estaba roto y solo, 
tal y como lo estaba ella.
Hay personas que cuando hablan dan ganas de cerrar los ojos para escucharlas por siempre.
Quiero escribir tu nombre en todas partes pero me da miedo que alguien más 
se enamore de él.

Te odio con amor | Jorge Muñoz.

Ella supo hacer con una sonrisa lo que otras mujeres no han podido lograr con un gran cuerpo. Como no amarla así al natural, despeinada y sin maquillaje. Como no adorarla si para cada momento malo saca palabras de aliento. Como no quererla tanto si ella me ha devuelto no solo los latidos del corazón, sino también la vida.

Benjamín Griss.

Te veía dormir, ¿y sabes?
Ver dormir a quien amas es una putada.
Tenías los ojos como la luna en pleno agosto
y los labios igual que un algodón de azúcar,
la curva de tu sonrisa era mi favorita para matarme,
siempre que te veía desapercibida y tú no te dabas cuenta de lo feliz que me hacías con el simple hecho de existir.

El otoño es la época con la cual ahora me identifico más,
pasan muchas personas por aquí pisando mis hojas secas,
produciendo un sonido al partirse en mil pedazos;
algo así sonó aquel día en que dijiste que te marchabas 
y en aquel momento deseé con todas las fuerzas de la química 
que mi corazón fuese de titanio.

No detuve tus pasos, tampoco decidí caminar contigo;
tarde comprendí que si la gente se va de nuestra vida
es porque quiere, nada más; 
no hay excusa para salir de la vida de otra persona de la noche a la mañana.
Siempre he pensado que las despedidas deberían de ser anticipadas,
para así no causar tanto daño en un solo día, 
y así preparase para el desastroso adiós.

Finalmente llegan las cosas que no queremos que lleguen jamás.
El día llegó y tenías que irte, 
no sé adónde, pero lejos de mí.
Las despedidas causan los peores vértigos.
He odiado la idea de tener que recordar fechas, 
porque, aunque son números, tienen historia.
A veces una historia bonita;
otras veces, una desastrosa.
Y no sé por qué tiendo a recordar siempre lo que me hace daño.

Sigo tanteando desde la distancia tu precipicio para no caer tan fuerte; 
sigo manteniendo insomnios que llevan tu nombre y terminan en un verso; 
sigo manteniendo el silencio cuando me preguntan que qué me pasa, 
cuando, en realidad, me pasa alguien. Tú.

Romima Colli.

Un día despertaremos y solo nos quedará el recuerdo, de que alguna vez fuimos jóvenes.
Miraremos en nuestro cuerpo arrugas y al contarlas enumeraremos a la par todo lo que nos falto vivir.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cuando te acaricié, 
me di cuenta
que había vivido
toda mi vida
con las manos vacías.

S.F. Almatar.

Con un corazón narcotizado por la poesía; con el erotismo enfebrecido en el alma y en la sangre; con una incondicional locura razonable y una notoria cordura delirante.
Y si se muere de amor, 
me gustaría que fueras mi asesino.

Anna Bahena.

Aún conservo una foto tuya
que tomaron mis ojos
mientras sonreías. 

Louie Schwartzberg.

La belleza y la seducción, creo, son la herramienta de la naturaleza para la reproducción, porque protegemos aquello de lo que nos enamoramos. Su relación es una historia de amor que alimenta a la tierra. Nos recuerda que somos parte de la naturaleza y que no estamos separados de ella.
El problema es que cada que íbamos a saltar,
 no lo hacíamos a la vez.
Y por favor, si me vas a querer 
que sea también cuando mi piel esté helada 
y los ''te quiero'' sean escasos.
Porque se necesita ser un completo idiota para no darse cuenta de que la puerta siempre estuvo frente a ti, y la llave en tus manos.
Es que mira, siempre estoy muy ocupada 
y no tengo tiempo para que no me quieras.
Algunas personas construyen puentes al corazón y otras abren abismos.
Sonreíste y derribaste cada muro, destruiste mi armadura y me quedé frente a ti con el alma desnuda, vulnerable, indefensa ante tu presencia.

Palabras Tropezando.

La vida es así, una muerte constante, un renacer perpetuo. A cada momento vamos siendo nuevos, cada instante transforma nuestra conciencia, perece el que fuimos, renace el que somos, ese mismo que en breve ya no seremos.
Yo sólo quería ser mejor persona, para ti.

Federico Moccia.

Cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves.
Es 22 de noviembre,
Mañana 23, pasado 24,
Cuando podría ser,
Un 31 de diciembre a las 23:59 horas,
Todos los días,
En busca de algo nuevo,
Eternamente.

El Eco De Un Tiempo Distante - Adrián Santillana.

La vida pasó, 
seguí escribiendo 
y ahora tengo una colección 
de poemas con tu nombre.
Quería decirte algo 
No sé si debo
¿Recuerdas aquel día?
Pues desde ese día...


martes, 18 de noviembre de 2014

Joaquín Sabina.

La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura. Donde no suele cobijarse nunca es en el verbo de los subsecretarios, de los comerciantes o de los lechuginos de televisión.
Y llegado el momento, sin calcular el tiempo siquiera, nos miramos. Así como se miran los niños cuando la travesura se comparte, así como cuando las miradas chocan al asumir la belleza de un cielo estrellado, así como los enamorados se observan uno a uno al amanecer…
Y el día que te encuentre, estarás sentado frente a mí, por lo menos, unas 5 horas, y eso será poco, para explicarte la razón de mi desahucio, y la complejidad de mis pensamientos 
en estos años en los que 
no quisiste llegar a mi vida.

Rima XXIII - Gustavo Adolfo Bécquer.

Por una mirada, un mundo; 
por una sonrisa, un cielo;
por un beso… ¡Yo no sé 
qué te diera por un beso!

Mariana con M de Música - Eusebio Ruvalcaba.

¿Sabes dónde descubrí tu nombre?
¿Recuerdas que te miraba y no sabía
como te llamabas?
¿Recuerdas que te suplicaba con los ojos
que me lo dijeras,
y que simple y llanamente te hacías del rogar,
que me ignorabas como la nube ignora el cielo,
como el azul ignora al mar?
Bueno.
Creo acordarme que lo vi bajo una capa de polvo
que cubría un piano de cola.
En París.
Me dijeron que en ese piano había tocado Chopin,
y Liszt había pasado los dedos una tarde de octubre.
No sé.
El punto es que soplé –no podía acercarme más –
y aparecieron unas letras: Mariana.
Así. De pronto.
No, no fue así.
Me encontraba parado en la esquina de 5 de Mayo
y Eje Central.
Cientos de transeúntes iban de un lado a otro.
Yo esperaba que se pusiera el semáforo en verde.
De pronto se soltó un ventarrón que me alborotó el pelo,
iba yo a maldecir
cuando el viento me susurró al oído: Mariana… Mariana…
Miento, exactamente fue otra cosa.
En Real del Monte, a unos kilómetros de Pachuca,
en uno de los lugares más altos de este país.
El frío es terrible.
Pues estaba yo contemplando
la estatua de un minero que se encuentra en la plaza principal.
Lo veía por arriba y por abajo.
Le daba la vuelta.
Lo que admiraba eran sus músculos y su determinación férrea.
En ésas estaba
cuando una niña me jaló de la manga de la camisa.
Volví la cabeza y me le quedé mirando.
Más bien nos miramos.
Era muy humilde.
Extendió la mano.
Estaba a punto de darle unas monedas
y me dijo que leyera lo que había escrito en su palma:
Y leí:
Soy Mariana.
Tus ojos entre cerrados, parecen mirar lo eterno, rodando desaforados, burlamos noches de invierno. 

Me faltas (Nicolle Mayol).

Hoy te regalo las amarguras
Que raro verte de cerca 
Que tanto me faltas
Te regalo los retazos de mi alma
Envueltos en mi perfume
Que tanto me faltas

Hoy te regalo mis amarguras
Qué raro quererte de cerca 
Que tanto me faltas

Te regalo los retazos de mi alma 
Envueltos en aceitunas
Que tanto me faltas

Hoy me quedo mis amarguras
No es raro, amarte de cerca
Ni tanto me faltas

Me guardo los retazos de mi alma
Envueltos en la nada
Es mucho, me faltas.
Eramos la noche y el día, 
pero qué noche la de aquel día.

Pablo Neruda.

Si nada nos salva de la muerte, 
que el amor nos salve de la vida.

Walt Whitman.

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado
tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento, no permitas que nadie te quite el derecho a
expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo
extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías si pueden cambiar el mundo. Pase
lo que pase nuestra esencia esta intacta. Somos seres llenos de pasión. Desierto y oasis. Nos
derriba, nos enseña, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. No
dejes nunca de soñar. Porque en sueños es libre el hombre..

La promesa del poeta, Joseph Kapone.

Prometo llenar nuestra casa de libros. Porque si existiera algo mejor que esto, lo buscaría hasta el fin del mundo y te lo entregaria.
Hoy la vi, y no tuve el valor de decirle que me vuelve pecador, poeta e idiota (en ese orden)
Pero de todas formas no le interesaba.

sábado, 15 de noviembre de 2014

viernes, 14 de noviembre de 2014

Tú estás en tu cama.
Yo en la mía.
No es la misma.
Algo estamos haciendo mal…
A un loco como yo, 
le hace falta un tornillo como tú.
Mi cerebro es el caos, mis ojos la destrucción, mi esencia es la nada… ¿por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?
Ni cien cigarrillos pueden llenar este vacío 
que me dejas en el pecho.
Somos frágiles, 
sometemos nuestros cuerpos 
a sobredosis de emoción 
y distancias largas que nos matan lento.
Si las palabras se las lleva el viento, 
ahora sé por qué las nubes lloran.

Beau Taplin, “Hell exists.”

El infierno existe.
Está aquí.
3:00 a.m.
Despierto y sin ti.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Si tú te hiciste pedazos 
yo me hice polvo.
Nunca sabrás lo que se siente estar arriba o estar abajo; ser un ganador, o ser un total perdedor. Y también sabes que hasta los totales perdedores hacen las cosas bien, tú estás en medio, como tu nudillo roto.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Charles Bukowski, Mujeres.

El dolor es extraño. Un gato que mata a un pájaro, un coche accidentado, un incendio…llega el dolor, BANG, y ahí está, se introduce en ti. Es real. Y para cualquiera que te vea, parecerás un imbécil. Cómo si te hubiese caído una idiotez repentina. No hay cura para ello mientras no encuentres a alguien que comprenda como te sientes y sepa cómo ayudarte.
Un abrazo.
Con lengua.
O con literatura.
Con lo que tu prefieras.
Ojalá conmigo.
Y me hablas como si te hubiera preguntado, ¿de quién te vengabas cuando estabas a mi lado?
Quítate las dudas, 
que tenemos la vida a favor 
y quiero pasarme la noche
recitando poemas en tu lengua.
Me haces no hacer nada, me pierdes en lo poco que te queda, y de lo mucho mio ya no hay tanto, tanto es esto que me encuentro dudas, de si espero o me entierro.

La soledad es una ramera, S.F. Almatar.

Me folla salvajemente, 
me sacude, me estremece, 
tiene buena faena y gime falsamente,
como cuando digo que estoy bien,
pero solitario me quedo mirando al vacío,
aguantando las ganas de llorar.

Poema Espantador, Joseph Kapone.

Poema para salvarte de la muerte: Para dejar entrar la luz basta que abras tu pecho y para vivir en penumbras basta que lo mantengas cerrado. Dentro de tu pecho habitan secretos que espantan y provocan destrucción. Si tienes esa palabra en tus labios que a nadie has otorgado, úsala cuando venga por ti.

Te quiero, Karina Montero.


Te quiero.
Te juro que es lo menos original
que he dicho en toda mi vida.
Te quiero.
Ya no puedo intentar hacer poesía
sin acabar describiéndote a ti.

Te quiero.
Aunque el amor ya no crea en mí,
por yo nunca haber creído en el.
Te quiero.
Suena simple, lo sé
pero deberías sentir cómo
escuece.

Te quiero.
Y nada tiene que ver
con la forma de tu boca.
Te quiero.
Contra el olvido, contra la distancia,
contra el mundo; y contra la pared.

Te quiero.
Podría desear ser tu cigarro
todas las noches, pero prefiero
que me necesites a mí.
Te quiero.
No tengo buenas intenciones,
sólo besos a deshoras y peleas
que terminan en sexo.

Te quiero.
Como el universo
a su estrella favorita.
Te quiero.
Incluso cuando el fuego
de tu apocalipsis destruye
mis venas.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

William Blake.

El que se alimenta de deseos reprimidos finalmente se pudre.

Fernando Pessoa.

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.
No es suficiente con decir te amo, 
a veces es necesario estar presente 
y demostrar que es real.

Taquicardia nocturna.

Los corazones que aman no tienen sueño. Los corazones que aman se estremecen con cada instante de vida. Los corazones que aman bombean sangre a cerebros que vuelven locos. Los corazones que aman abastecen la entrepierna, acarician el estomago y cierran la garganta. Los corazones que aman producen lagrimas. Los corazones que aman quitan el hambre. Los corazones que aman incluyen labios y sonrisas. Los corazones que aman aman el aire, la hormiga, la rata, el perro, la casa, el coche, la lata y a la mujer mas ingrata. Los corazones que aman buscan exclusividad. Los corazones que aman desnudan el cuerpo, erizan los vellos y sonrojan la piel. Los corazones que aman suspiran. Los corazones que aman ríen. Los corazones que aman dilatan. Los corazones que aman tensan y relajan. Los corazones que aman no conocen distancias. Los corazones que aman no tienen control.
…Mientras el tuyo solo duerme.

Al leer un libro, lo único que deseo al abrirlo es ya no volver a encontrarte entre sus letras. Pero no lo consigo, cada una de ellas te menciona, no directamente, sino que a veces un simple adjetivo te describe, o te recuerdo en la actitud de un personaje… Inútilmente trato de desaparecerte de mi mente, pero es imposible, has invadido uno de mis más grandes placeres. Y por eso debo admitir, que me has enamorado.

Paulo Coelho.

No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.
Podrías fisurarme el corazón, y yo, no verlo como algo roto, sino como pedacitos de mí que te aman en pequeñas partes, que alguna vez pertenecieron a un sólo gran amor unido, pero al fin de todo, amor es, aunque repartido.

Disculpa por perder el rumbo.

Mario Benedetti.

Los encuentros felices luminosos
incrédulos lozanos
no saben todavía qué hacer con este mundo
que los mira pasar o los percibe
con asombro y con lágrimas

sus cuerpos tienen señas para siempre
su mirada es un poco
de dolor comprendido a duras penas

todavía sus ojos no se abren
de par en par
apenas son resquicios
que no entregan
que buscan
que proponen

son diez años más viejos
y más jóvenes
diez años de castigos y de juegos
con el muro y sus manchas
odios descabezados
amores en las largas noches de ojos abiertos
proyectos tumultuosos e imposibles
el pájaro de todos
la jornada sin nadie
los encuentros tan tiernos y tan ásperos
tan lejanos de pronto
y tan contiguos
tan orgullosos de su nuevo pelo
de su flamente voz y sus camisas
de sus lecturas y sus escrituras
que me parecen luces de otra fiesta
cual si su sol fuera otro sol
y el tiempo
para ellos corriera en otro ritmo
en otra esfera
en otros almanaques

son diez años más torpes y más duchos
diez años de martirios y de oráculo
diez años sin espejo

todavía no hacen buenas migas
con ese viejo rostro familiar
no están acostumbrados a unos gestos tan suyos
ignoran cómo son para los otros
y acaso cómo son para sí mismos
pero en cambio conocen
y al cabo de este trecho ya no importa
todos los vericuetos del rencor desolado

los encuentro puntuales y rehechos
con su verde reserva de delirios
con la asunción corriente de su cuerpo
los sueños de cualquier resucitado
el cigarrillo que no se podía

los hallo temerarios y de estreno
con el viejo coraje hecho un ovillo
y un mar de expectativas
organizadas en el horizonte.

Alejandra Pizarnik.

Cuídate de mí amor mío,
cuídate de la silenciosa en el desierto,
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra.
No queda más por decir, mañana buscaremos nuestros corazones en la melodía del olvido. Cruzaremos miradas y no existirá ironía en la tristeza. Lo dulce de pensarte, al instante se vacían las memorias y sólo quedan nuestras ideas; esperando a ser eternas. Distraídos por nuestros cuerpos, los más oscuros secretos desvanecen contigo aquí.

Exilio del Sol, S.F. Almatar.

Un amor cerúleo
atavió su infinito;
los luceros relucieron,
nació un nuevo brillo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Se fue y te olvidaste del sol, Entre letras y cafeína.

Se fue, 
y colapsaste por dentro.
Le escribiste en nubes 
cargadas de lluvia
para ocultar cuánto llorabas.
Llenaste tu piel de tinta,
y tus pulmones dolientes
se vaciaron de estrellas.

Las tormentas
volvían a asustarte,
porque ya no eras huracán.

Olvidaste que el sol
podía calentarte la piel,
porque estabas acostumbrada
a que lo hicieran sus brazos.

Mirabas al cielo,
sin saber que se puede volar
con los ojos cerrados
Y es que te habituaste
a que te guiaran sus manos.

Te tragaste los suspiros
porque cada uno te sabía más amargo
Y en tus huesos se volvió invierno
porque se fue,
llevándose la primavera 
de su abrazo.
Su piel:
único aeropuerto 
en el que se aterriza 
para volar.

Intentos de poemas IV, Karina Montero.

Quiero besarte desde la A hasta la Z.
Esos son todos mis planes
y como el A nunca funciona
empezaré por el B;
tu Boca, me haré dueña de cada uno
de tus suspiros, te besaré lenta y
apasionadamente, pero con cuidado, para que el veneno de tus labios no acabe conmigo antes de llegar a tu Cuello, y prepárate, porque dejaré un rastro de besos húmedos desde ahí
hasta tus clavículas.

Procuraré no besar tu Pecho, porque
la letra «P» ya le tengo reservada
para otra área de tu cuerpo.

Así que me deslizaré por tus brazos hasta llegar a tus Dedos, los cuales
besaré con la esperanza de que
me devuelvan esos besos luego,
en forma de caricias.

Te diré «date la vuelta» y me engancharé a tu Espalda como una pena en cualquier corazón, y borraré con mis labios todas
las caricias que no sean mías…

Tomaré tu cara entre mis manos, besaré tu Frente y te susurraré muy bajito
«ahora te debería besar el Glande, pero no quiero parecer ansiosa y que pienses que soy una enferma», y te daré un beso tímido en la punta de la Nariz.

Usaré tus dos Hombros: uno para
besar en este intento de poema,
y otro para besar en casa.

Como si un mapa lo indicara
descenderé 15 besos
por tu abdomen hasta llegar 
a tu Ingle, ahí me instalaré 
hasta recrearte las 4 estaciones 
del año entre ingle y cadera.

Ya a esa altura de juego y con 
las ganas por las nubes,
me olvidaré de las letras y
te besaré donde y como sea, sin miramientos,
ni pureza.

Mientras te haga mío 
te voy a ir besando también
las Justificaciones, los Lamentos, 
todos tus Miedos, y cada Necesidad
de amor o comprensión.

Con mis besos el Olvido te sabrá a
mentira y los Problemas a descanso.
Cada beso será un «te Quiero» 
no pronunciado que borrará los
Recuerdos de cada noche a solas.

Olvidarás la inicial del nombre de todas ellas; 
S, T, U, V, W, X, Y, Z…
Y te darás cuenta de que sólo fueron
variables que te trajeron hacia mi
para resolverte la vida con mis labios,
y complicartela con mi amor.

Karina Montero.


En un (uni)verso
paralelo,
tú y yo
rimamos.