Seguidores

miércoles, 29 de enero de 2014

Hacerte sentir es lo que me distrae del mundo.
Así me encantas. 
Tanto, que no cambiaría ni una pestaña de ti.
Si sigues con tu frialdad, 
pronto ya no tendré calor que darte...

La torre del silencio.

Me preocupa la gente que dice que anda buscando el amor, como si el amor ya estuviera por ahí listo y terminado. Como si existiera un amor enlatado, un producto diseñado que eliges en algún escaparate. Se han creído el cuento del amor prefabricado que nos venden en las películas de domingo en la noche o que nos cantan en la radio. Uno no busca el amor, uno lo construye.

domingo, 26 de enero de 2014

I. Allende.

Un dolor así, dolor del alma, no se quita con remedios, terapia o vacaciones; un dolor así se sufre simplemente a fondo, sin atenuantes, 
como debe ser.

Bárbara Butragueño en su blog “Naufragios Diminutos”

Pero te has marchado. Y ya sólo queda este crujir de hojas que se siente como un resuello. Y pienso, qué injusto que sólo sepas mirarme a los ojos desde esa cima en la que yo fui yo y en la que tú eras siempre. Qué frío desde este lado. Qué solos estos cuerpos que de repente se desconocen. Qué dolorosa, ahora, la simple existencia de la posibilidad. Cuánto dolor agolpado en su belleza inexpugnable. Me has arrojado el idioma que te hizo humano y ahora se revuelve en mis manos como un ciempiés bocarriba. ¿Estaré loca?, pregunto. Los locos. Los locos son los que no esperan respuestas. Y tú esperas respuestas. Y esperas su olor. Y su hiedra envenenada. Aunque sepas que te has vuelto a quedar sola. De nuevo. En esta agónica conversación interminable.

El principio del placer - José Emilio Pachec.

Hoy quemé tu carta, la única carta que me escribiste. Y yo te he estado escribiendo (sin que tú lo sepas) día tras día, a veces con amor, a veces con desolación, a veces con rencor. Tu carta la conozco de memoria, catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, diecisiete acentos ortográficos y ni una sola verdad.

Bajo la misma estrella.

_ ¿Por qué me miras?
_ Porque he decidido no privarme de los pequeños placeres de la vida, y mirar gente guapa es uno de ellos.
Es fácil amar a alguien cuando no se le puede alcanzar; así no se corre nungún riesgo.

Pablo Neruda.

Amor mío, nos hemos encontrado sedientos y nos hemos bebido toda el agua y la sangre, nos encontramos con hambre y nos mordimos como el fuego muerde, dejándonos heridas. 
Pero espérame, guárdame tu dulzura. 
Yo te daré también una rosa.

Halo.

—Perdona, Xav —murmuré—. A veces tengo la sensación de que sólo estás conmigo porque perdiste a la chica para la que estabas predestinado.
—¿Pero es que no te das cuenta, Beth? —insistió—. Mi destino no era estar con Em; mi destino era amarla y perderla. Tú eres la persona para la que estoy predestinado.

I. Allende.

Largamente, sin apuro, en la paz de la noche habitó en ella deteniéndose en el umbral de cada sensación, saludando al placer, tomando posesión al tiempo que se entregaba.
Nunca nos tuvimos el tiempo que pensabamos; te tuve un ratito, que me pareció una eternidad. Es más que suficiente para mi, por muy efímero que hayas sido.
A veces el amor dura pero otras en cambio duele.

viernes, 24 de enero de 2014

Es como si el dolor fuera palpable
y tuviera densidad,
como si pudiera pesarse en toneladas.
Pero lo prefiero.
El dolor.
Es mucho mejor que la nada.
Y mira que me siento libre cuando me encarcelas entre tus piernas.
Ella. 
Su mirada de gata gritaba que tenía miedo, que ya solo le quedaba una vida y que no estaba dispuesta a entregársela a nadie.

domingo, 19 de enero de 2014

Amuleto, Roberto Bolaño.

Puede que fuera la locura. Yo decía que había sido la cultura. Claro que la cultura a veces es la locura, o comprende la locura. Tal vez fue el desamor el que me impulsó a viajar. Tal vez fue un amor excesivo y desbordante. Tal vez fue la locura.

Julio Cortazar, Las babas del diablo.

Nunca se sabrá cómo hay que contar esto, si en primera persona o en segunda, usando la tercera del plural o inventando continuamente formas que no servirán de nada. Si se pudiera decir: yo vieron subir la luna, o: nos me duele el fondo de los ojos, y sobre todo así: tú la mujer rubia eran las nubes que siguen corriendo delante de mis tus sus nuestros vuestros sus rostros. Qué diablos.

Buscando a Alaska.

“La parte más difícil de hacer travesuras”, me dijo Alaska una vez, “es no poder confesar”.

Patrick Rothfuss.

Mis padres bailaron juntos; mi madre con la cabeza apoyada en el pecho de mi padre. 
Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente satisfechos. Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque sólo dure un minuto o un día. Después de tantos años, esa imagen de mis padres meciéndose suavemente al son de la música es, para mí, la imagen del amor.

Mathias Malzieu.

Rompí a llorar. 
Me encanta esa expresión. 
No se dice rompí a comer o rompí a caminar.
Rompes a llorar o a reír. 
Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.
Si no es culpable el corazón que ama. 
¿Por qué culpar al corazón que olvida? 
Nace el amor y muere. 
Como todas las cosas en la vida.

Andrei Tarkovski, Esculpir en el tiempo.

Lo trágico es que no sabemos ser realmente libres: exigimos una libertad que va en detrimento de los demás y no estamos dispuestos a prescindir de algo en nuestro bien de los demás, 
viendo en ello una disminución de nuestros derechos y libertades personales. 
A todos nos caracteriza hoy un egoísmo francamente increíble. 
Pero ahí no está la libertad. Libertad significa aprender por fin a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino sólo de nosotros.

Orson Scott Card, El juego de Ender.

Naturalmente, era mentira que no dolería nada. Pero como los adultos siempre decían lo mismo cuando algo iba a doler, podía considerar esa afirmación como una predicción exacta del futuro. Algunas veces las mentiras eran más de fiar que las verdades.

Un paseo para recordar.

A menudo revivo mentalmente aquel año y me doy cuenta de que, cuando lo hago, siempre me invade una extraña sensación de tristeza y de alegría a la vez. Hay momentos en que desearía retroceder en el tiempo para poder borrar toda esa inmensa tristeza, pero tengo la impresión de que, si lo hiciera, también empañaría la alegría.

Julio Cortázar, Rayuela.

Sólo en sueños, en la poesía, en el juego, nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.

La ladrona de libros, Markus Zusak.

¿Hay algo peor que un chico que te odie?
Un chico que te quiera.

Bajo la misma estrella.

Me enamoré de él como cuando te da sueño: primero despacio 
y un momento después, de golpe.

William Blake, Libro tibetano de la vida y la muerte.

Ver el mundo en un grano de arena y un paraíso en una flor silvestre. Tener el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora.

Diablo Guardián - Xavier Velasco.

¿No es acaso el amor una asombrosa, y a veces milagrosa conjunción de patrañas? ¿No es exacto que menos por menos da más?

La tregua - M.B.

Me asusta un poco, ¿sabe?, 
sentirme sentimental.
Te vi, y enseguida quise estar cerca de ti. 
Quería que me dejaras entrar en tu vida.
Quería conocerte como nadie te había conocido nunca. Te quería a ti, todo lo que tú eres.
Y ese deseo casi me volvió loca.

martes, 14 de enero de 2014

Carlos Chávez Toro.

Se comienza a hacer el amor con la mirada y la voz. Y cuando esto resulta insuficiente, se continúa con cada una de las neuronas, con cada nervio, con cada arteria, con el calor de los labios, con la ternura de las yemas de los dedos, con la ansiedad de las uñas, con la humedad cristalina de la punta de la lengua y, finalmente, se hace el amor con cada trozo de recuerdo, con cada sístole del corazón, con cada diástole, con cada frustración y deseo.

lunes, 13 de enero de 2014

Ellos dicen que el amor está en el aire, por eso yo contengo mi respiración.
Es como gritar y que nadie pueda oirte. Siempre te sientes culpable de que alguien pudiera ser tan importante, que sin ello, sientes que no eres nada. Nadie entenderá nunca cuánto duele. Te sientes sin esperanzas, como si nada pudiera salvarte. Entonces cuando se acaba, desaparece, casi desearías que todo ese mal asunto volviera, para poder tener lo bueno.

No hay nada que se le compare a la infelicidad que se siente cuando se finge ser feliz.
Y a mí lo único que me importa 
es que yo te importe.
Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. 

Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás.

Angel Rodriguez.

¿Irónico yo?
Irónico es que quiera tocarte cuando estés lejos,
que mientras más distante, más te quiero.
El simple hecho de no poder tocarte ya es una ironía.
Recuerdo que prometiste que sólo serías mía.
Ironía es que te lleves los mejores días que he vivido
y me dejes el resto para intentar olvidarlo.
Irónico es que nunca hacías nada
sin antes consultarlo con la almohada
pero hoy te has ido sin pensarlo.
Irónico es que pierda sin haber jugado.
Pensé que estaba a salvo alejando las manos del fuego.
Ironía es que ganes porque seas participante y jurado.
Eras la víctima porque yo tenía la culpa
y la que amenaza porque yo me lo busqué.
Irónico es que venga a desahogarme
escribiendo un discurso para que regrese
la mujer que me deja mudo y que me jode a la vez…
ironía es que me siga gustando.
¿Adónde te llevaste esas caricias románticas,
promesas plásticas, noches eróticas,
respuestas sarcásticas, mentiras fantásticas
y despedidas irónicas?… yo aún puedo verte.
Sé que sigues estando aquí.
Ironía es que llegamos a decirnos un adiós sincero
sin ponerle algún “pero” como a todo lo demás.
Irónico es que encuentres a otro pendejo que no te sepa olvidar…
E ironía es que huyas mientras que esta vida mía siga siendo tuya.
¿Irónico yo?… irónica tú.

Charles Bukowski.

Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos.

sábado, 11 de enero de 2014

Evelyn Barker.

Entonces comprendí, que el sexo hace ruido en la cama y el amor retumba en el pecho.
Me duele esa parte mía que te quiere. Esa parte mía que no sabe por que tu sentir es diferente. Me duele.
Siempre deseo las cosas que sé que me destruirán al final. Siempre queriendo lo imposible, siempre deseando quebrarme un poco más.

Charles Bukowski.

Me da mucho placer estar solo, pero hay también una extraña cálida gracia en no estar solo.

Fragmento de Deseo, Xavier Villaurrutia.

Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.
Te quiero porque me quieres
y toda tú me lo gritas.
Contrario a muchos, que se quedan vacíos después de un desamor. Yo, me quedo tan llena, tan inútilmente llena de dolor y cosas que pesan.
Tus ojos me recitan mas poesía que la que escribes.

Fragmento de Así como no podemos, Roberto Juarroz.

Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo 
la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.

Benjamín Prado.

¿Qué más puedo decirte? 
Que yo te amé de norte a sur, sin fondo, 
con uñas y con dientes, sin secretos, sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz, 
ni mirar nuestras fotos.
Que volveré a olvidarte cada día, 
cada uno de los días de mi vida.
Se fue, ¡Pero qué forma de quedarse!

Mujeres, Charles Bukowski.

Me alegraba de no estar enamorado, de no ser feliz con el mundo. Me gustaba estar en desacuerdo con todo. La gente enamorada a menudo se ponía cortante, peligrosa. Perdían su sentido de la perspectiva. Perdían su sentido del humor. Se ponían nerviosos, psicóticos, aburridos, incluso se convertían en asesinos…

Fragmento de Hombre y tiempo por Serafina Nuñez.

El tiempo te vigila, te sorprende, te encarcela, te anula.
Ardemos en su llama como un frágil pabilo intrascendente;
altivo crees vencerlo…

Fragmento de El claustro elegido por Mía Gallegos.

Me gusta quedarme a solas sintiendo como la sangre me nutre de nuevas vestiduras. A solas me pertenezco. No hay dicotomía entre el espejo y yo. Una vive y la otra sueña. Juntas recordamos a un hombre. Juntas hemos escrito estos versos.

Octavio Paz.

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

Desamor por María Clara González.

Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta.
Quedé limpia.
Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó.

Fragmento de Millonarios por Juana de Ibarbourou.

Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia
descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas,
con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia
oblicua, refrescante y menuda, del agua.
¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes
y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia,
vamos a ser felices con el gozo sencillo
de un casal de gorriones que en la vía se arrulla.

Alfonsina Storni.

Tenías miedo de mi carne mortal y en ella buscabas el alma inmortal. 
Para encontrarla, a palabras duras,
me abrías grandes heridas.
Entonces te inclinabas sobre ellas y aspirabas, terrible, el olor de mi sangre.

Fragmento de Mucho más allá por Alejandra Pizarnik.

¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

LXXI.

Me da igual.
Que estés presente o ausente.
No te necesito.
Sólo te amo.
Llega un momento en el que tus demonios te piden un infierno más grande.

viernes, 10 de enero de 2014

D.M.

Que ganas tengo de complicarme la vida. Ganas de conocer un nuevo demonio dentro de mí, ganas de verlo con otra, ganas de perder algo o mejor aún, ganas de encontrar a alguien que me suba al cielo y me baje al infierno. Tengo ganas de complicarme la vida para tener de qué hablar o escribir.

Gabriel García Márquez.

Debemos arrojar a los océanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que no sobrevivirán: que aquí existió un mundo donde prevaleció el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad.

Isabel Allende.

Nadie puede pertenecer jamás a otro… el amor es un contrato libre que se inicia en un chispazo y puede concluir del mismo modo.

Eduardo Galeano.

Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas, peligrosamente, cariñosamente contagiosas…
No te voy a prometer amor eterno. Voy a intentar que cada día sientas que te quiero. No te voy a decir: Quiero ser mejor. Puedes confiar en mí, no te voy a fallar. ¡No!. Voy a hacer que tú descubras como soy realmente. Voy a hacer que quieras ir recorriendo el mundo de mi mano. De mi boca no saldrán discursos ni promesas. Porque no soy quien debe hablarte. Eres tú quien debe descubrirme. Porque ya aprendí que el amor en palabras no tiene el mismo valor del amor que se da con hechos. Quiero que una mañana me mires y me sonrías 
y digas para ti:
… Aquí están pasando cosas.
Entiende que no eres la piedra que me hunde, ni la madera que me hace flotar; eres - más allá 
de eso - el océano en el que mi cuerpo pide nadar…frío, sin dirección, relajado y temeroso, en el que me quiero perder de vez en vez y que nadie me pueda encontrar.

Algún día - Darío Jaramillo Agudelo.

Algún día te escribiré un poema
que se limite a pasar los dedos
por tu piel y que convierta en
palabras tu mirada.
Me puse a contar ovejas para dormir, y terminé contándoles a ellas de ti.

John Lennon.

Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste. Para el sol cada amanecer es un espectáculo hermoso, y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía.