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martes, 26 de noviembre de 2013

Si estás en una estrella, siento celos del cielo.

Canserbero.

Que alguien me diga quien conoce un trago
más amargo que tragar un nudo atado a tu garganta.

No pretendo ser tu dueña. 
Sólo quiero estar a solas un segundo, con tu cuello.
Tomé café para justificar mi insomnio y no culparte.

Ser débil es sólo para valientes.

El peor pecado del débil es aparentar una fortaleza que no posee. Aparentar algo que no se tiene sólo conlleva a un daño mayor.

Liturca.

Ella estaba herida y al curarla le di mis alas,
y yo ya no pude volar con ella.

martes, 19 de noviembre de 2013

Edel Juárez.


Ésa es mi vida, cazar ideas
soñar despierto y casi siempre hablar dormido
y de vez en cuando, cuando estoy de suerte,
hablar contigo.

Federico Garza Liturca. Dos rondas de amor para llevar.

Vamos a darnos tiempo, uno para reír y luego pensar en llorar;
pero suponiendo que el amor nos dure cien años,
dame cincuenta ahora y los demás después
que no quiero abusar contigo.

¿Podemos ser algo, sin ser nada?

¿Qué pasa si te beso? ¿Qué pasa si te miro a los ojos? ¿Qué pasa si después de besarte y mirarte, no puedo pronunciar un te amo, o al menos un te quiero? Perdóname si es así y lo mas seguro es que no pueda pronunciar ninguna de esas dos palabras, pero es que ya no se que significan o en que momento se dicen. ¿Podríamos ser algo, sin ser nada? Dime que puedo besarte, sin comprometerme, dime que no me atarás y que cuando cuando me vaya, sentirás total indiferencia, porque no habrá albergado algún sentimiento en tu alma. Promete que no pronunciarás alguna palabra de cariño, ni dedicarás tus letras a la luna, para que me las susurre, y si es así, me asustarás, porque no quiero enamorarme, no quiero saber del amor y en ese caso te puedo asegurar, que me iré, desapareceré. Perdón por ser tan cobarde y por haber dejado de sentir…

Federico Garza Liturca. Lo que le conté al sofá mientras morías.

Ojalá que después de la muerte sigas tú;
pues nada me haría más feliz en otra vida 
que vivirte en plenitud.
Nunca bastarán cien años,
porque en esta vida,
la muerte cuando aún se puede seguir amando;
me parece injusta.

El placer de vivir.

Allá ustedes con su cerveza sin alcohol,
su café descafeinado,
su sexo sin amor,
y su cine sin emociones.
Cuando tengas tiempo, regálamelo. Solo ahí sabré si te importo...

Jueves 14 de Noviembre del 2013, 9:47 p.m. Hace frío.

Estoy hecho de ti, de cosas tuyas, del vestido, la sonrisa, el cigarro mal prendido, el terrible robo sigiloso de las sábanas durante la noche.

Es metódica y rutinaria esta situación, esta ilusión de estar solo. Uso “ilusión” porque te llevo deliberadamente presente colgada de la memoria.

Le hablo a la pared de las fotos, al cajón vacío, al perfume que nunca usaste. Le cuento a las velas que hoy ceno solo. Le grito a las listas de tareas inconclusas.

¡Cuánto soy presa del espontaneo recuerdo inadmitido!

Menos sufre el enfermo inocente en la esquizofrenia…

Me mudé de casa aunque nunca me moví de lugar. Desconozco este sitio si no existes aquí.

Te aviso… estoy quedándome loco, loco de ausencia, de tu ausencia, por si no había quedado claro.

Soy intangiblemente tuyo, hasta siendo mío soy todo lo que tú eres.

No me tengo. Me fui contigo.

Me abandoné…

Federico Garza Liturca. Como cuando hicimos el amor y no la guerra.

Hice una lista de sus defectos
 y aún así me fascinaba,
podía decir las mentiras 
más hermosas de la humanidad
y podía perder toda mezcla 
de divinidad y humanidad
que le quedaba, 
podía hacer de su cuerpo la almohada
más cómoda y no le incomodaba 
verme dormir sobre su
pecho. No hubo besos en mucho tiempo, 
pero perdí el miedo a abrazarla, 
a sentirla y que ella me sintiera, la sentía 
segura, la sentía tan cálida y a la vez tan fría.

No siempre iba a ser así; no siempre iba a estar para cuando tú quieras.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Eres guapa,
pero no guapa de esas que tienes cerca y suspiras.
Guapa de aquellas otras que tienes lejos y te falta el aire.

Fragmento de Centímetro a centímetro, Rubén Bonifaz Nuño.

Voy descubriendo a diario, convenciéndome
de que estás junto a mí, de que es posible
y cierto; que no eres,
ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada, concretísima.

Fragmento de Algo se me ha quebrado esta mañana, Rubén Bonifaz Nuño.

De andar buscando llego. 
Nadie, que sepa yo, quedó esperándome. 
Hoy no conozco a nadie, y sólo escribo 
y pienso en esta vida que no es bella 
ni mucho menos, como dicen 
los que viven dichosos.

Fragmento de Con Martha en Florencia, Jorge Arbeleche.

Y estamos más cansados porque estamos más
viejos.
Quizá también más tristes. Y acaso más serenos.
Esta es la cuota que nos tocó en la vida
con vida y muerte y amor y desamor
y amor de nuevo
y gana
y esfuerzo
y la fatiga.
De día te sueño, de noche te insomnio.

Fragmento de Retrato de mujer, Gonzalo Rojas.

Enigma fuiste. Enigma serás. 
No volarás conmigo.

Fragmento de Hermana, hazme llorar, Ramón López Velarde



¿Tú conoces el mar?

Dicen que es menos grande y menos hondo
que el pesar.
Discúlpeme, pero no me atrevo a darle un verso.
Usted, por mala suerte, va más allá
que cualquier letra del alfabeto. 

La tregua.

No sé, tengo como la sensación de que es la única persona con la que podría hablar de ciertas cosas, con la que no me cansaría de verla cada mañana al despertar, y la conozco. La conozco. Sé cuantos lunares tiene en la cara, que se arregla el pelo cuando esta nerviosa, que la rutina le aburre a muerte, que cruza la pierna izquierda sobre la derecha. Bueno, yo creo que eso es estar enamorado, ¿no?

Fragmento de Encargo, Julio Cortázar.

No me des tregua, no me perdones nunca. 
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.


Pablo Neruda.

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

M.B

Todos queremos lo que no se puede, 
somos fanáticos de lo prohibido.

Así pasa, así suelo ser, me encanta la manera en que me hace sentir el que alguien pueda llamar tanto mi atención, adoro imaginar que lo mejor podría pasar, adoro creer que podríamos ser aunque seamos lo que ya somos sin ser ni estar.

No siempre quien llega a tu rescate es la persona ideal... en ocasiones la oveja es la mala del cuento y el Lobo es quien te rescata...

miércoles, 13 de noviembre de 2013

No hay peor silencio que callar cuando se ama, y no hay peor grito que expresarlo cuando es tarde.

Kurt Kobain

Si mi sonrisa mostrara el fondo de mi alma,
mucha gente al verme sonreír lloraría conmigo.
Amar es imposible cuando eres una persona tan desconfiada y solitaria. Es decir, tengo amigas, y familia, pero prefiero estar sola porque es conocido, no tengo que fingir algo que no soy, no tengo que aceptar las reglas de nadie. Estar sola te da una perspectiva única sobre la vida.

Prefiero escribir historias, que vivirlas, porque así se disfruta más cada sentimiento y nada es real. ¿Cómo abandonar esta soledad tan adictiva y masoquista? 

Prefiero dormir, soñar, comer, estar en Internet, que viviendo la vida, que no me gusta en absoluto. Prefiero ser absorbida por la simpleza de estar sola en una pieza y escuchar música. Nada puede perturbarte, ninguna persona puede entrar al mundo que cree en mi cabeza.

No sé si es un vacío, o si es algo no saludable. Tal vez, sea autista, porque vivo en mi mundo más que en la vida real. 

Algunos se drogan, otros beben, otros se enamoran, algunos fuman, yo me escondo en mi pequeño mundo imperfecto, donde nadie puede verme, porque disfruto de esta incomunicación porque estando con personas me siento distinta, diferente, poco interesante porque prefiero idealizar para después frustrarme.

Supongo que hay personas que nacemos para esta vida fantasiosa.

Hachiko.

Tiendo a pensar que hay un elemento de la música que no puede ser capturado.
La vida no puede ser capturada.
El corazón humano no debe ser capturado.
El momento de la creación misma, es efímero.
Hay miradas de las que uno no puede escapar, es como si esos ojos te hubiesen convertido en un rehén de ellos.
Cómo cuesta levantarse cuando llega ese momento en que has perdido, que, por fin, te has dado cuenta de que todo terminó. Que ya nada es como antes, que sólo queda vacío donde siempre se palpaba el sentimiento. Éramos inseparables, ahora estamos tan distantes... las palabras, el viento se las llevó.

Johnny Depp.

Puedes cerrar tus ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir.
Mi corazón ya se queda pequeño de lo grande que eres tú dentro de él.
Que tonto eres...
Con lo difícil que es encontrar el amor y tú perdiéndome...
Que nadie te diga lo que tienes que hacer. Y si lo hace que sea sólo porque busca tu felicidad.
El mundo duele menos cuando te imagino a mi lado.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Todos tenemos un lado cursi.
Sólo que algunos lo saben esconder mejor que otros.
Una sonrisa al teléfono.
Un te quiero.
Un beso.
¿Quién no quiere ser amado?
Incluso el que teme querer, quiere un poco de amor.

J.C

Y diré las palabras que se dicen, y comeré las cosas que se comen, y soñaré las cosas que se sueñan, y sé muy bien que no estarás. No estarás para nada, no serás ni recuerdo, y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti…

Poema 12 de Espantapájaros. Oliverio Girondo.

Se miran, se presienten, se desean, 
se acarician, se besan, se desnudan, 
se respiran, se acuestan, se olfatean, 
se penetran, se chupan, se demudan, 
se adormecen, despiertan, se iluminan, 
se codician, se palpan, se fascinan, 
se mastican, se gustan, se babean, 
se confunden, se acoplan, se disgregan, 
se aletargan, fallecen, se reintegran, 
se distienden, se enarcan, se menean, 
se retuercen, se estiran, se caldean, 
se estrangulan, se aprietan, se estremecen, 
se tantean, se juntan, desfallecen, 
se repelen, se enervan, se apetecen, 
se acometen, se enlazan, se entrechocan, 
se agazapan, se apresan, se dislocan, 
se perforan, se incrustan, se acribillan, 
se remachan, se injertan, se atornillan, 
se desmayan, reviven, resplandecen, 
se contemplan, se inflaman, se enloquecen, 
se derriten, se sueldan, se calcinan, 
se desgarran, se muerden, se asesinan, 
resucitan, se buscan, se refriegan, 
se rehuyen, se evaden y se entregan.

José Martí

Vierte, corazón, tu pena donde no se llegue a ver, por soberbia y por no ser, motivo de pena ajena.


Yo te quiero, verso amigo, porque cuando siento 
el pecho ya muy cargado y deshecho, 
parto la carga contigo.
¿En qué momento había empezado a perder el control? Ya casi nunca lograba expulsar la sensación de que su pasado se había convertido en un armario cerrado a la fuerza. Uno de esos armarios en donde se han guardado demasiados objetos sin colocar y que hay que abrir con cuidado para que no caiga todo de golpe, las maletas, los zapatos, las equivocaciones.

Jaime Sabines.

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Isabel Allende (La casa de los espíritus)

Trató de volver a vivir ese momento, la tierra roja y húmeda, el intenso olor de los bosques de pinos y eucaliptos, donde el tapiz de las hojas secas se maceraba, después del largo y cálido verano, y donde la luz cobriza del sol se filtraba entre las copas de los árboles. Trató de recordar el frío, el silencio y esa preciosa sensación de ser los dueños de la tierra, de tener veinte años y la vida por delante, de amarse tranquilos, ebrios de olor a bosque y de amor, sin pasado, sin sospechar el futuro, con la única increíble riqueza de ese instante presente, en que se miraban, se olían, se besaban, se exploraban, envueltos en el murmullo del viento entre los árboles y el acantilado, estallando en un fragor de espuma olorosa, y ellos dos, abrazados dentro del mismo poncho como siameses en un mismo pellejo, riéndose y jurando que sería para siempre, convencidos de que eran los únicos en todo el universo en haber descubierto el amor.

Baudelaire.

¡Reloj! dios espantable, siniestro, y siempre en calma nos dice “Recuerda” con su impecable dedo…

Milan Kundera

Cuando le preguntó por qué estaba tan callada se enteró de que no había quedado satisfecha con la forma en que le había hecho el amor. Le dijo que le había hecho el amor como un intelectual. Intelectual era en el lenguaje político de aquella época un insulto. Se usaba para denominar a las personas que no comprendían el sentido de la vida y estaban alejados del pueblo. Todos los comunistas que por entonces fueron colgados por otros comunistas fueron obsequiados con este insulto. A diferencia de aquellos que estaban firmes sobre la tierra, éstos, al parecer, flotaban por los aires. Por eso fue en cierto modo justo que los castigasen quitándoles definitivamente la tierra de debajo de los pies y que quedasen colgando un poco por encima de ella.

Isabel Allende (Of Love and Shadows).

El ardor de ese beso no los abandonó en muchos días y llenó de fantasmas delicados sus noches, dejando su recuerdo en la piel, como una quemadura. La alegría de ese encuentro los transportaba levitando por la calle, los impulsaba a reír sin causa aparente, los despertaba sobresaltados en la mitad de un sueño. Se tocaban los labios con las puntas de los dedos y evocaban exactamente la forma de la boca del otro.

Eduardo Galeano “El libro de los abrazos”

A veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.



Sōseki Natsume

Soy un gato, un ser extremadamente sensible a los más sutiles cambios en la mente o el alma del mundo. Y, naturalmente, necesito dormir más que el resto.

Lope de Vega.

Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Eduardo Galeano “El libro de los abrazos”

Recordar: del latín ‘re-cordis’, volver a pasar por el corazón.

Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera.

Terminaron por conocerse tanto, que antes de los treinta años de casados eran como un mismo ser dividido, y se sentían incómodos por la frecuencia con la que se adivinaban el pensamiento sin proponérselo, o por el accidente ridículo de que el uno se anticipara en público a lo que el otro iba a decir. Habían sorteado juntos las incomprensiones cotidianas, los odios instantáneos, las porquerías reciprocas y los fabulosos relámpagos de gloria de la complicidad conyugal. Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron mas conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad. La vida había de depararles todavía otras pruebas mortales, por supuesto, pero ya no importaba: estaban en la otra orilla.

Julio Cortázar.

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo. 
Lo que me gusta de tu sexo es la boca. 
Lo que me gusta de tu boca es la lengua. 
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.

Andrés Caicedo

Sí, odio todo esto, todo eso, todo. Y la odio porque lucho por conseguirla, unas veces puedo vencer, otras no. Por eso la odio, porque lucho por su compañía. La odio porque odiar es querer y aprender a amar. ¿Me entienden?. La odio, porque no he aprendido a amar y necesito de eso. Por eso odio a todo el mundo, no dejo de odiar a nadie, a nada…
Las mariposas sienten vísceras cuando se enamoran.
Me he quedado con lo último de ti, que al parecer, por lo que viene a ser, es tu ausencia...
También uno se vuelve adicto al placer de querer algo que no se puede tener, más que un capricho, el desafío.
Piensa que si un día ella no está echarás de menos hasta su caminar, su despertar, su forma de hablar. Su mal humor, su estar mejor.
Solo vuelve lo que realmente vale la pena, lo que no tiene que estar a tu lado, solo se aleja.
Se nos lleno de flores el otoño, nos quemó el invierno y ya no nos quedo ninguna primavera para enamorarnos.
Puede que vuelvas, pero a mí no me engañas, nunca lo harás del todo...

Íbamos a salvarnos la vida, pero siempre falla algo, los desvíos duelen de la hostia, y te fuiste de este vacío dejando las cenizas.