Seguidores

miércoles, 24 de febrero de 2016

Tu mirada, tus ojos, tu vista cansada. 
Y yo creía que era invencible... 
Estás ahí, frente a mí, 
sin hablar. 
Al contrario, 
hablas más de lo que creo. 
Me ves, me descifras 
y quieres que yo haga lo mismo contigo.
Porque te entiendo, sé que me pides que me quede
sin pedírmelo.
Conozco a tu orgullo. 
Nunca nos hemos llevado bien.
Irónico, ¿no?