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martes, 5 de noviembre de 2013

Los borrachos siempre dicen la verdad.

Después de unos cuantos tragos de Buchanans con redbull y charlas vacías, necesitaba un cigarro. Pedí uno y salí a fumar. Observe mi alrededor, nunca había estado en esa parte de la ciudad, me di cuenta que estaba sola. Le sonreí a mi soledad, alce la vista al cielo, y pude ver las estrellas, mi sonrisa desapareció, al recordar las tantas madrugadas que había compartido un cigarro y las estrellas contigo. Te maldije por el vicio al que me indujiste, que siempre termina recordándome que ya no estas.

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