Seguidores

sábado, 26 de abril de 2014

Estefanía Mitre.

No podemos tirarnos cada vez que una persona nos rompe el corazón. Es decir, si podemos, pero no deberíamos. El tiempo pasa corriendo y la vida nunca espera demasiado, así que gastar un día pensando en el “cómo hubiera sido”, es desperdiciarlo no haciéndolo suceder. Hoy duele, pero mañana dolerá un poco menos, y la próxima semana dolerá todavía menos, y así hasta que no duela más —o en su defecto— hasta que uno se acostumbre. Lo que quiero decir, sin más rollo en el asunto, es que terminar tirados siempre vale la pena si eso hace invencibles nuestras ganas de creer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu aportación...