Entendí exactamente que no necesitaba adornos para complacerte, que mi exilio empezaba con un beso tuyo y mi albergue terminaba con una y mil caricias, y así, tan natural y llanamente, nos hacíamos uno del otro. Como si tú alma y la mía, conectasen, como si tu fueses el dibujante de cada uno de mis trazos.
Hay almas que verdaderamente conectan.
ResponderEliminarTodos buscamos lo mismo, un alma que conecte con la nuestra...
EliminarGracias por tu aportación y por leerme.
Besos <3