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lunes, 18 de abril de 2011


Prefiero llamarla "la mar" porque es bella, ondulante, misteriosa, insinuante y peligrosa. Cómo una mujer hermosa. En ocasiones se enfada pero es amable y tierna, como una madre.Al casarse con el Padre Sol se transformó en la fuente de la vida, y para los que podemos leer sus azules ondas, es tambien una fuente de felicidad. De ella salimos, y a ella volveremos, todo es cuestión de tiempo.
(Francisco José Dávila)

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