Seguidores

domingo, 12 de febrero de 2017

Y entonces me confesaste
que te gustaba sobrevolar las nubes... 
Y yo te dije que volar cansaba, que todos necesitábamos una pista de aterrizaje donde descansar para dejar de ser libres un rato. 
Ya llevabas muchas horas de vuelo y yo solo te quería más cerca de mi atmósfera, 
solo un ratito, para respirar el mismo aire, 
en la misma latitud positiva 
de mi hemisferio norte...
Y no es egoísmo; 
es complicado unir dos corazones,
si uno vuela más alto que el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu aportación...