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sábado, 16 de agosto de 2014

El gato albino.

El candor de la tarde hizo florecer los amaneceres, pronto el gato albino haría su aparición.
El gato salio volando sin patas, con tanta luz no necesita garras.
Se puso un sombrero y se puso a bailar, miró a los humanos y no volvió más.

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