Al menos deberíais resignaros, queridas gentes;
deberíais asombraros en silencio si no sois capaces de comprender que
hay algunos que no son tan felices como vosotros, que no son tampoco tan
autosuficientes; sí, deberíais absteneros de convertir en ley vuestra
sabiduría, pues obedeceros sería el fin del mundo.
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