Me alegraba de no estar enamorado, de no ser feliz
con el mundo. Me gustaba estar en desacuerdo con todo. La gente
enamorada a menudo se ponía cortante, peligrosa. Perdían su sentido de
la perspectiva. Perdían su sentido del humor. Se ponían nerviosos,
psicóticos, aburridos, incluso se convertían en asesinos…
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