Me gusta aunque usted no se guste del todo.
Usted se mira en el espejo y se encuentra bastante
feo; se mira los ojos, la nariz y la boca. Y no encuentra esa armonia
deliciosa entre sus razgos, que todos conocemos como belleza. Es usted
bastante feo ante sus ojos. Y déjeme decirle que, usted, muchachito, es
bastante atractivo y no me baso en su físico, para sustentar este
argumento. Es que usted tiene ese equilibrio que me inquieta, le miro
ese potencial que tiene cómo hombre. Tiene la cabeza llena de ideas que
me gustaría que compartiera conmigo, tiene un cuerpo que no es frágil
pero que hay que cuidar y su cara, que tanto le disgusta, me provoca
confianza, ternura. Espero que deje de decir, lo que considero mentiras
sobre sí mismo, porque la belleza depende de los ojos con los que se
miran y yo a usted lo encuentro increíblemente atractivo.
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