Orgullo y prejuicio. Jane Austen.
A veces es malo ser tan reservada. Si una mujer
disimula su afecto al objeto del mismo, puede perder la oportunidad de
conquistarle; y entonces es un pobre consuelo pensar que los demás están
en la misma ignorancia. Hay tanto de gratitud y vanidad en casi todos,
los cariños, que no es nada conveniente dejarlos a la deriva.
Normalmente todos empezamos por una ligera preferencia, y eso sí puede
ser simplemente porque sí, sin motivo; pero hay muy pocos que tengan
tanto corazón como para enamorarse sin haber sido estimulados. En nueve
de cada diez casos, una mujer debe mostrar más cariño del que siente…
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