Cortázar.
Y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba
de pie, delante de ti, con una flor amarilla en la mano, y tú
sostenías dos velas verdes, y el tiempo soplaba contra nuestras caras
una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.
Sencillamente genial. En pocas palabras una revolución de sentimientos. Me ha encantado, de veras.
ResponderEliminarUn besito y nos leemos :)
Muchas gracias.
EliminarSi es del maestro Cortázar, siempre es genial.
Un saludo, te espero pronto por aquí.