Jaime Sabines, cartas a Chepita.
Hay muchas horas así, en que lloraría por tenerte
conmigo. Le entra a uno un desprecio de las gentes y de la vida, atroz,
gradual, insoportable. No se sabe qué hacer. Y luego viene una carta que
dice: “espera”. Y uno se dice a sí mismo: espera, no hay más.
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