Si la duda lo permite, pregúntame sobre ti. De cómo te espero, sonriendo al sol y llorándole a la luna. Esperando a que llegues a secarme las lagrimas y llevarme a ese mundo, sí, ese mundo paralelo donde no haya terremoto que nos derrumbe el amor. Donde podamos ser, crecer y creer. Aparece. Vuelve. Pregúntame. Y respóndeme con un, ''yo te estaba esperando'', deseando que me hicieras la misma pregunta.
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