Nadie podrá decirte que no temas. El miedo y la
soledad son todos tuyos. Ni la multitud vibrante ni la bulla te
acompañan, solamente amplifican tu tristeza. Goza los momentos de
alegría; tañe las campanas, suéltate el pelo, abre los brazos y deja que
la poesía viva en tus entrañas, más no dejes que los pájaros te
engañen. Las arpías siguen de cerca tus pasos, la nostalgia y la
tristeza siempre acechan, y el temor volverá a roerte en la vigilia.
Nadie podrá decirte que no temas. Deja que el miedo te penetre
lentamente; algo está tratando de decirte.
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