No existen las personas
que tropiezan dos veces
con la misma piedra.
Nadie es tan tonto como para hacer algo así.
Existen las personas
que saben que existe la piedra,
pero quieren tropezar igualmente.
Porque hay personas
que aman el dolor y la angustia.
Les hace sentir vivos;
ellos lo saben,
lo saben perfectamente.
No tienen una venda en los ojos,
ni se guían por el corazón
sin pensar en la razón.
No, ellos piensan en cada paso al abismo
y les gusta lo que hace daño.
De una manera casi psicópata.
Y está bien, ¿Cuántos tropiezos puede aguantar un ser humano a lo largo de su vida?
Ahí debe estar el límite, supongo..
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