¿En qué momento te adueñaste de mis sueños?
¿Cuándo ocurrió?
¿Cuándo dejé de ser yo para convertirme en todo
lo que te gustaba?
No me pertenezco, y todos se han dado cuenta.
Hasta tú.
Rechazas mis maneras y las haces tuyas.
Y todos se han dado cuenta.
Hasta yo.
Y aquí sigo, persiguiendo tus desventuras.
Y es que eres inevitable, amor. Casi como respirar.
Yo no puedo vivir sin quererte
como la atmósfera no vive sin oxigeno.
Y aunque respirarte sea perjudicial,
no encuentro manera más bella de contaminarme.
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